De acuerdo con la Comisión para la Investigación de Abusos a Niños, formada en el año 2000, en cientos de instituciones como reformatorios, escuelas y orfanatos que albergaban “a los pobres, los vulnerables y los que nadie quería” prevalecía un clima de miedo “creado por castigos fuertes, excesivos y arbitrarios”.
El reporte, presentado en Dublín, menciona que el abuso sexual era “endémico” en las instituciones para varones. Las niñas padecían menos abusos sexuales, pero sí golpes y humillaciones con el objeto de hacerlas sentir despreciables.
Las escuelas eran dirigidas por la orden de sacerdotes Hermanos Cristianos y por órdenes de monjas como las Hermanas de la Caridad.
El cardenal Sean Brady ofreció ayer disculpas y dijo sentirse “avergonzado” por los casos de abusos.

Mujer desalmada, de 44 años de edad, se quedaba al cuidado de sus nietos, porque sus hijas trabajan como domésticas en la capital. Es en esas circunstancias que entregaba a los pequeños para ser abusados sexualmente por su amante, un hombre de 48 años de edad, quien incluso contagió de una enfermedad venérea a una de las víctimas.
La increible y dolorosa historia no puede ser más desgarradora. Seis niños, los cuales eran dejados por sus madres en poder y al cuidado de su abuela materna, fueron sometidos a vejámenes sexuales por el amante de ésta, sin que ningún otro familiar supiera de lo que ocurría hasta hace algunos días.
La tragedia de los pequeños está plasmada en un expediente policial de 90 folios, que ya pasó a manos de la Fiscalía de Nicaragua, aunque quizás el papel nunca pueda mostrar el estupor que causa el caso en una comunidad rural del municipio de Nandaime.
El hecho se reveló luego que la Policía de Granada investigara a la abuela, una mujer de 44 años, por presunta explotación sexual y comercial de diez de sus nietos.
El dictamen forense reveló que tres niños y tres niñas, con edades comprendidas entre uno a 12 años, habían sido violados anal y vaginalmente.
Los niños, al quedar a merced de su abuela, eran sometidos por el compañero sentimental de ésta, un hombre de unos 48 años de edad, por lo que ahora ambos se encuentran detenidos y con prisión preventiva, en espera de un juicio en el que serán acusados por el delito de violación, corrupción de menores y daños sicológicos.
De acuerdo a los hechos narrados por la Fiscalía, todos los menores estaban a cargo de su abuela, ya que sus madres habitualmente se encuentran en Managua, donde trabaja como domésticas.
“Ellas llegan cada 15 días a su casa y dejan dinero a la abuela para la manutención de los menores”, explicó la subcomisionada María Lidia Hernández, jefa de la Comisaría de la Mujer de Granada.
Según fuentes policiales, el escándalo sexual se conoció a raíz de un caso particular, en el que uno de los tíos llegó de visita desde Managua y encontró ebria a “Sara”, una niña de 12 años, a quien protegemos su identidad. El tío decidió llevar a “Sara” a la capital, con su madre, porque la niña le manifestó que estaba siendo maltratada por la abuela.
Los irregulares sueños de “Sara”, quien incluso en una ocasión solicitó licor a su mamá “para dormirse”, puso en evidencia que algo más grave que las secuelas de una simple ingesta de alcohol ocurría con la niña, quien al parecer era abusada desde los seis años y supuestamente era a la única que obligaban a ingerir ron.
La madre llevó a “Sara” con un pediatra, el cual le detectó infección de transmisión sexual –-ITS--. Un examen posterior reveló que la niña fue violada desde hacía mucho tiempo. Este antecedente abrió la investigación para ver si había abusos entre los otros nietos que vivían con la abuela, y seis de ellos así lo denunciaron.
Los demás niños tienen edades de 12, 10, 6, y 4 y un año, este último fue violado contra natura. “Al niño de un año no lo podemos someter a pruebas sicológicas, pero sí refleja que fue violado”, dijo la jefa de la Comisaría.
De acuerdo al testimonio de los niños de más edad, ellos eran enviados por su abuela a la casa del compañero de ésta, que queda en la misma comunidad, y allí eran sometidos a todo tipo de agresiones sexuales. En la audiencia preliminar, ambos acusados dijeron ser inocentes de los cargos que les imputan.
Los niños en la actualidad se encuentran en hogares de otros familiares, por disposición del Ministerio de la Familia.
  • Comportamiento regresivo en niños pequeños, ej. mojan la cama, se chupan el dedo, etc.
  • Miedos repentinos o fobias, ej. a la oscuridad, a los hombres, etc.
    Cambio en el rendimiento escolar.
  • Cambios notorios en la personalidad, ej. depresión, ira, hostilidad, agresión.
  • Ideas o intentos suicidas.
  • Abuso de drogas o alcohol.
  • Fugas del hogar.
  • Conductas autodestructivas.

QUÉ HACER
  • Identificar al adulto protector para mantener una charla con él sobre el niño.

  • Mantener la charla en un lugar privado.

  • Ser lo más directo y honesto posible.

  • Avisar a los padres que la escuela, por la responsabilidad que le compete, debe efectuar la denuncia.

QUÉ NO HACER

  • Tratar de probar que hubo maltrato.

  • Demostrar angustia, horror o desaprobación ante la situación.

  • Hacer juicios sobre el niño, sus tutores o la relación.

  • Interrogar sobre asuntos familia que no tengan que ver con la situación específica.

QUÉ HACER


  • Antes de cualquier intervención solicitar asesoramiento profesional.

  • Asegurarse de que quien interrogue al niño sea alguien en el que él confíe.

  • Asegurarse que el docente que intervenga sea el más capacitado.

  • Asegurarse que el develamiento se haga en un lugar tranquilo sentarse al lado del niño, no frente de él.

  • Decirle al niño que esta conversación es privada, pero que por tratarse de un problema serio, el colegio deberá denunciar lo ocurrido a la justicia.
    Realizar preguntas y mantener una conversación en el lenguaje más comprensible para el alumno.

  • Si algún término no se entiende, pedir al alumno que trate de clarificarlo.

QUÉ NO HACER



  • Descalificar o criticar lo que dice el Niño.

  • Sugerir las respuestas .

  • Presionar si es que no responde las preguntas.

  • Dejar traslucir que nos impresionamos por lo sucedido, por su conducta, o la de sus padres.

  • Presionar o forzar para que el niño se quite las ropas.

  • Interrogar al niño con otros docentes dejar al niño solo o en compañía de un extraño.